miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡QUE VIVA LA ÓPERA!

Reivindicación de un género olvidado.

Lo siguiente que voy a escribir es una pequeña carta de amor y admiración hacia mi género musical favorito: La Ópera.
Y es que para mí, la ópera no sólo es un medio de expresión de la belleza pura hecha música... Es sentimiento, es pasión, es tristeza... es goce. Es también éxtasis (en el mejor sentido de la palabra)... y vida. No creo que haya jamás, por mucho que la humanidad avance, un género musical con tanta fuerza como éste. No lo creo. No hay más que escuchar la ópera "Carmina Burana" o "Nessun Dorma" de la ópera "Turandot" para darse cuenta de eso. O "Rigoletto" de Verdi. O "La dama de picas"... O "El barbero de Sevilla"... O "La flauta mágica" de Mozart... Hay tantos y tantos ejemplos de genialidad hecha música y se ha escrito tanto sobre ella, que, la verdad, temo quedarme demasiado corta en mis pretensiones de intentar mostrar mi admiración hacia este género tan olvidado por las nuevas generaciones... Y es que para mí la ópera, como lo que debería ser el arte (al menos según mi modesta opinión), es... BELLEZA. Belleza en estado puro...
Mucha gente (entendida, según dicen) opina que la ópera es la música favorita de muchos suicidas. Y no me extraña, porque algo tan bello de escuchar tiene siempre un efecto terapéutico increíble. Es normal que muchos se extravíen, si su vida es insoportable, en esta música y deseen reunirse con el Creador. Muy normal. Y comprensible. A veces la vida es tan odiosa que dan ganas de abandonarla. De verdad. Y la ópera consigue trasladarnos a un lugar bello e increíble, y curarnos de nuestras heridas (que son muchas, y algunas ocultas en nuestra psique). Para mi gusto, la Ópera es una de las más grandes creaciones musicales de todos los tiempos por su fuerza, belleza y por su capacidad de sanar el alma de muchos de nosotros...

Y es que la Ópera no debería ser nunca más un género olvidado...

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