jueves, 16 de diciembre de 2010

LA BELLEZA.

Un arma de doble filo...

Muchos relacionan la belleza con la vanidad. No andan equivocados. Pero hay que mirar más allá de las apariencias y ver el alma de la gente. Su compasión (si la tienen, a pesar de la apariencia física) y su buena intención. Es verdad que hay gente muy ruín, nada agraciada, que desearía que una persona bella se diera de bruces. Todos son matices en la vida. Pero en sí la belleza física no tiene nada de malo. Es un don muy grande. Sin duda...
Pienso que la ternura debería ser una parte muy necesaria de la belleza física. A veces también el desvalimiento (siempre que no sea falso). Pero si detrás de la belleza hay perversidad, entonces se pierde la belleza, crece el ego y se olvida uno del corazón. Se convierte en... nadie. O en un monstruo.
Demasiada belleza, demasiados privilegios físicos pueden ser más que una bendición, una auténtica maldición (miren si no a la bellísima Marilyn Monroe, por dentro y por fuera). Y demasiado poder, conlleva una gran responsabilidad (dicho en Spiderman).
A veces, la persona bella se endiosa por el poder de su gran belleza. Y a veces la persona poco agraciada se deja llevar por el odio hacia quien tiene más. Pero todos son matices...
Afortunadamente.
Pero la belleza es un don. Y muy grande, además.

Y no debería ser sólo externa...

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