Lo único que importa de verdad.
No es un tópico. El amor es lo único que hace que la vida merezca la pena ser vivida. El amor verdadero. El amor es el agua que fluye y da vida a todo. Es el aire que uno respira. Si no hay amor, todo muere. Y no me refiero sólo ,cuando hablo de amor, al amor de pareja. Ni al sexo. De hecho, al sexo lo veo de un modo curioso. El sexo es una comida bien cocinada. Y el amor una salsa deliciosa. ¿Y a quién le gusta comerse un plato de macarrones o de arroz insulso?. (Aunque hay para todos los gustos, yo prefiero los macarrones con una deliciosa salsa boloñesa)
El amor es vida, belleza (física o espiritual), ternura, risa, llanto... Vivir de verdad, en definitiva.
El amor mueve el mundo. Lo hace funcionar. No el dinero, ni el poder, ni la fama (todos ellos espejismos en realidad). Y lo cierto es que me dan risa (cuando no pena) aquellos que quieren controlar y gobernar el mundo. Y, seamos sinceros, ¿quién quiere gobernar un desierto donde no haya ni una gota de agua... o coronar un pastel hecho de boñiga de vaca? (Yo no, desde luego... tengo mejor gusto).
El amor es desprendimiento y generosidad... pero no generosidad mal entendida (te doy algo porque a cambio quiero...).
El amor es sinceridad, verdad, no manipulación.
El amor es sabiduría y respeto verdaderos, no ignorancia.
El amor es creación, es arte, es poesía...
El amor no termina en la tumba, perdura para siempre en el recuerdo...
El amor es fe.
El amor es...
TODO.
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